El liderazgo pareciera que está fuera de moda.

Las nuevas tendencias horizontales y las metodologías ágiles se imponen en las organizaciones modernas como la nueva manera de llevar adelante los proyectos.

Estamos en una nueva era, mirando a las organizaciones de una manera diferente. Pero la pregunta que cabe hacerse es: ¿Dónde pone el foco el nuevo estilo de liderazgo?

El estilo de liderazgo vertical está perdiendo popularidad a un ritmo acelerado y el mayor responsable de este cambio son las nuevas generaciones.

Estos milenias y centenialls que empiezan a trabajar en puestos clave dentro de los equipos necesitan ser incentivados, convocados e involucrados en las estructuras de los proyectos de manera activa y autónoma. Quieren ser medidos por sus resultados y definir sus propias estrategias. Pero sobre todo, quieren además pasarla bien y divertirse. Para poder involucrarlos en el negocio es necesario primero seducirlos y hacerlos sentir parte de los resultados. Y una pregunta que nos cabe:

¿Están preparados nuestros líderes para trabajar con colaboradores en vez de empleados?

El modelo industrial de “empleados” alienados que no tienen contacto con el producto final de su trabajo va quedando atrás y tenemos líderes que están en la bisagra de este cambio.

Las nuevas generaciones y los nuevos paradigmas de trabajo exigen líderes que colaboren, que estén al servicio de sus equipos sin perder de vista los resultados.

En respuesta a estos cambios nace el concepto de liderazgo colaborativo, que es un estilo de gestión de los equipos que tiene el foco en las personas, en el compromiso de las mismas, en el talento de los integrantes de cada equipo para que funcione el negocio.

Sin embargo la realidad es que nuestros líderes aún tienen dificultad para “delegar”, para “confiar” en sus equipos, para “crear” en conjunto nuevas soluciones o soluciones “out of the box”, y hoy este estilo de liderazgo tradicional impacta en la competitividad y los resultados del negocio.

Desde los mandos medios hasta las direcciones deben comprender que el cambio es inminente y la organización puede acompañarlos en este cambio, en esta transformación de paradigma.

Las habilidades técnicas de nuestros líderes deben ser desarrolladas con el mismo énfasis que las habilidades blandas.

Tener empatía y confianza en los equipos, mirar el proyecto con ojos colaborativos son competencias que se pueden aprender, desarrollar y mejorar.

Para ello debemos prepararlos, involucrarlos y acompañarlos.

La negociación constante con las propias creencias, con las necesidades del equipo en confluencia con las exigencias del mercado y los resultados del negocio requieren de líderes flexibles, que sepan acomodarse a los cambios, que tengan competencias de negociación para ser intermediarios entre sus equipos y los resultados, pero sobre todas las cosas requiere que trabajen y dominen el compromiso y la sinergia que deviene del trabajo en equipo.

Acompañar a nuestros lideres en el cambio mantiene a las organizaciones en un mercado cambiante y muy líquido.

Cecilia Colombo Roqué
Coach Ejecutivo Orientada a Procesos
Agile Coach & Scrum Master